lunes, 26 de septiembre de 2011

¿La contextura física es tan importante?

Con mucha frecuencia, las características físicas de ciertas personas que sueñan con ser bailarines, no concuerdan con el prototipo de la imagen perfecta que debe tener un danzante profesional y sobre todo si nos referimos al ballet clásico, pues este género exige ciertos requisitos indispensables con respecto a la contextura física de quienes desean dedicarse a este arte.
A pesar de lo indicado anteriormente...¿Dónde quedan las ilusiones y sueños a futuro de estas personas?
Con frecuencia, los profesionales dedicados a realizar castings para evaluar los perfiles de los futuros bailarines, son muy drásticos y sólo eligen a quienes cumplen con el perfil que debe tener todo bailarín.
Programas como American Idol, Camino a la Fama, entre otros, han sido párticipes del esfuerzo y dedicación de personas que realmente deseaban convertirse en bailarines de prestigio y sobre todo conseguir el profesionalismo que todos anhelamos.
Según mi percepción, los encargados del casting, más que señalar su punto de vista, se dedican a la crítica constante de los participantes. Lamentablemente muchas veces estas críticas son con respecto a la contextura física del bailarín (a), quien no puede realizar los pasos con la agilidad que cuentan sus compañeros.
Creo que debemos resaltar este punto y debemos refleccionar sobre el mismo, ya que no es posible esta situación, que se convierte en la principal razón por la que algunos jóvenes bailarines dejan de lado sus sueños.

Términos empleados de forma incorrecta

En la actualidad sabemos que muchas personas se dedican al baile o a la danza por diferentes motivos: por interés propio, motivación, desarrollo físico, hobby, etcétera. Analizando con mayor profundidad los términos mencionados anteriormente y con respecto a nuestra realidad, podemos resaltar dos aspectos que, en su mayoría, son los motivos por los cuales las personas practican danza: para mantenerse en forma (necesidad) y por interés propio (gusto por la danza). Ambos nos reflejan la necesidad de alguna persona por bailar (necesidad de mantener su físico y en el segundo caso, necesidad interior).
Considero que el arte de bailar se ve reflejado cuando los danzantes realizan esta actividad por gusto propio y no cuando ven en la danza una rutina de spinning o una secuencia de ejercicios para fortalecer los músculos; pues el arte de bailar, como su nombre lo dice es el talento, aptitud, vocación, destreza que tiene una persona con respecto a la danza. Debemos tomar en cuenta ello para no confundir estos términos. Cuando definimos el término bailarín; debemos referirnos a la persona que se dedica al baile de manera profesional y no al “danzante improvisado” que sólo realiza esta actividad por hobby o para ejercitarse.
“La danza puede definirse como la actividad espontánea de los músculos bajo la influencia de alguna emoción intensa, como la alegría social o la exaltación religiosa. También puede definirse como combinaciones de movimientos armónicos realizados sólo por el placer que ese ejercicio proporciona al danzante o a quien le contempla. Se trata de movimientos cuidadosamente ensayados que el danzante pretende que representen las acciones y pasiones de otras personas. En su sentido más elevado, parece ser para el gesto-prosa lo que el canto para la exclamación instintiva de los sentimientos”. (W. C. Smith, A. B. Filson Young 1910, the Encyclopedia Britannica, vol. II cit. Por Leese y Packer, 1991).

lunes, 19 de septiembre de 2011

"Billy Elliot"- Representación de la danza en una película

La película "Billy Elliot" es la representación de la dedicación y constancia que tiene un niño de once años, quien descubre su increíble gusto por la danza. Su padre, un trabajador de mina, con mucho esfuerzo le paga clases de boxeo, pero a éste no le interesa la práctica de este deporte, sino las clases de ballet que dictan en el salón de a lado. A escondidas asiste a ellas y encuentra la habilidad que tiene para el ballet clásico; su maestra es quien lo ayuda a combatir el temor del qué dirán y a vencer los prejuicios de su familia y de su pueblo.
Esta película es un vivo ejemplo de diversos casos de bailarines que luchan por defender lo que realmente quieren, a pesar de las opiniones familiares o el estatus social y económico; pues el personaje principal de este rodaje, Billy Elliot, es un niño que no cuenta con los medios para poder dedicarse a la práctica del ballet, ni con el apoyo de su familia, la cual no tiene ningún tipo de relación ni influencia en esta disciplina. Sólo la perseverancia y habilidad que lo caracterizan son las herramientas necesarias para que se convierta en un gran bailarín de ballet, quien después de varios años, representa en un escenario el ballet "El Lago de los Cisnes", además de ser el personaje principal de esta obra. 

Lo que engloba "El arte de bailar"

Considero que el arte de bailar engloba diferentes géneros de danzas: folklórica, moderna, contemporánea, de salón, jazz, ballet, etcétera. 
Según lo que he podido percibir con el tiempo, los bailarines que se dedican a practicar un género de danza también tienen la destreza para interpretar y desarrollar otro; pues es lógico, ya que tienen la base sobre el que ya dominan y sólo lo aplican en el que quieren aprender. A pesar de lo antes dicho, la mayoría de los bailarines eligen desarrollar el tipo de género que los identifica mejor con su personalidad y sobre todo el que les agrada y saben que representan mejor. Muchas veces se les hace difícil elegir o decidir a cuál se quieren dedicar ya que más de uno les interesa. 
Es peculiar encontrar a un danzante que se dedique a la práctica de varios estilos, pues cada uno de ellos representa arduos ensayos y tiempo para perfeccionar los pasos.
De pequeña practicaba ballet clásico en la Escuela Nacional de Ballet, pero en el área de pre-ballet, ya que nos estábamos preparando para ingresar a la escuela. Ahí pude conocer también, el arte de esta danza y la disciplina y dedicación que deben de tener estos bailarines; es un estilo progresivo, al igual que los otros, pero a mi parecer requiere de mayor constancia y práctica.

martes, 13 de septiembre de 2011

¡Basta ya!

Cuando estábamos en la etapa escolar nuestros padres y profesores nos decían que practiquemos las matemáticas para poder obtener una buena calificación, nos aseguraban que haciéndolo seríamos los primeros de la clase. La verdad, discrepando con esta teoría, puedo asegurar que para ser buenos en las ciencias o en otras áreas es necesario nacer con las habilidades para realmente ser los mejores. Esto no quiere decir que si practicamos no mejoremos en la materia, pues es posible que así sea, pero es seguro que no será el rubro que explotaremos a futuro. Diciéndolo con otras palabras, simplemente debemos conocer nuestras aptitudes para decidir a qué carrera nos adherimos mejor. Sucede lo mismo con la danza; recuerdo cuando mi profesor nos decía que nos formáramos para aprender los pasos y lógicamente algunas alumnas aprendían rápidamente y a otras les costaba más; al finalizar todas sabíamos los pasos y la coreografía pero no a todas les salía de igual manera. Éste es un claro ejemplo de lo que quiero explicar. Considero que no se enseña a bailar porque es una cualidad que nace con uno; así como algunos destacan en la química o física otros destacan bailando y eso es algo inevitable. Así que padres y profesores no nos engañen más, sabemos que tienen las mejores intenciones y que quieren que mejoremos, pero no podemos ir en contra de nuestras destrezas e incompetencias innatas.

lunes, 12 de septiembre de 2011

La última danza

Recuerdo hasta hoy lo que sentí al interpretar la última danza que bailaría en mi colegio (en quinto de secundaria); la danza era la conocida "Diablada puneña".
Sabíamos que esa sería la última actuación que haría la promoción 2007 "Lux Spei", nuestra promoción; habíamos ensayado muchísimo y realmente no queríamos equivocarnos en nada y así fue. Como todos los años en mi colegio "Sor Querubina de San Pedro", se llevó a cabo el "Festidanza" (Festival de danzas folklóricas), generalmente era programado entre los meses de setiembre y noviembre. Los vestidores eran nuestras mismas aulas, donde encontrábamos los atuendos que usaríamos para la ocasión. El vestuario de esta danza, en el caso de las mujeres, consta de una blusa blanca y falda blanca con bordes rojos, además las chicas llevan una corona; los hombres visten pantalones rojos y en la parte superior una capa, sin dejar de lado la máscara característica que representa la danza de los diablos.
Ese día bailamos con mucho vigor y energía, no sólo para representar como se debe a una de las danzas más  reconocidas de nuestro País, sino para demostrar a todo el público, que eran nuestros padres y profesores, que esa danza  la estaba interpretando la promoción y que sería nuestra última puesta en escena. No recuerdo con exactitud cómo fue el final del baile (pues no lo habíamos preparado con precisión por falta de tiempo), pero nos dejamos llevar por nuestras emociones y sólo hicimos lo que sentimos en ese preciso momento. Formamos un círculo entre todas (mi colegio era sólo de mujeres) y luego lo fuimos cerrando, unimos nuestras manos para gritar el nombre de nuestra promoción y finalmente nos abrazamos, estos abrazos estuvieron acompañados de lágrimas e increíbles  recuerdos que jamás olvidaremos y que nos marcaron gracias a nuestra danza "La Diablada".

martes, 6 de septiembre de 2011

Decisiones propias e impropias

Probablemente lo que escriba líneas abajo les resultará muy familiar, pues, ¿Quién de ustedes no ha estado en desacuerdo con sus padres alguna vez, referente a decisiones que tomaron en su vida o en las triviales situaciones del día a día?. A lo que quiero llegar con este prólogo es a las veces en las cuales nuestros padres no comparten nuestros ideales. Debo aclarar que éste no es mi caso; mis padres siempre comparten mis preferencias, pero conozco muchos casos de personas próximas a mí, que luchan por convencer a sus padres para que acepten el camino que han elegido para su vida. Ésto se aplica en la danza, por ejemplo; cuando nos dicen: "El baile no es una carrera profesional" o... "No hay futuro en este País para la danza". Probablemente todos estos enunciados vengan de las personas que más nos aprecian y efectivamente quieren evitar que nos sintamos decepcionados de la carrera que hemos elegido. A pesar de ello, yo creo que no existe algo mejor que dedicarse a lo que realmente nos apasiona, ya que debemos tener en cuenta, que esa actividad será la que nos acompañe en el transcurso de nuestra vida.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Desde otra perspectiva

Desde otra perspectiva, el arte de bailar, además de enriquecernos de cultura nos ayuda a mantenernos en forma y sobre todo a vivir saludables, pues para interpretar este tipo de danzas debemos de tener bastante físico, es decir, ser ágiles al momento de realizar los pazos. La mayoría de las danzas folklóricas supone gran destreza por parte de los bailarines, ya que algunas de la coreografías comprenden brincos y estiramiento de las extremidades superiores e inferiores. Otros bailes, como el festejo por ejemplo, dan énfasis al movimiento de las caderas y la pelvis. Entonces, podemos darnos cuenta que éste es un gran ejercicio físico, además de ser también un ejercicio mental; las coreografías y figuras que se forman en las danzas son muy dinámicas, lo que produce que el público se mantenga conectado todo el tiempo en el espectáculo. Concluyendo entonces, podemos deducir que la danza aumenta nuestra cultura, nos ayuda a mantenernos sanos y con gran vitalidad además de mejorar nuestra agilidad mental. Se logran todos estos objetivos si danzamos con ánimos y si nos divertimos haciéndolo...¿No les parece una maravilla?